Miles de fieles presenciaron en el Vaticano la fumata negra emitida desde la Capilla Sixtina, que indica que el cónclave de cardenales no logró un acuerdo para elegir al sucesor del Papa Francisco en la primera votación que concluyó sin lograr la mayoría de dos tercios entre los cardenales para elegir al sucesor de Francisco.
Esta costumbre se remonta a fines del siglo XIX y principios del XX y es la forma que tienen los fieles católicos que están fuera de la Capilla Sixtina de conocer si se llegó o no a un acuerdo entre el clérigo acerca de quién conducirá la Iglesia Católica de allí en más.
El humo negro es señal de que ningún candidato ha recibido la mayoría de dos tercios de los votos para ser elegido. Y si lo que se vislumbra es el humo blanco, es un indicador de que los cardenales han llegado a un consenso y ya han elegido un nuevo papa.
¿Qué pasa si la fumata negra se repite varias jornadas?
Las votaciones tienen lugar todos los días y son dos por la mañana y dos por la tarde. Si los cardenales electores tienen dificultades para ponerse de acuerdo sobre la persona que debe ser elegida, después de tres días sin resultado, las votaciones se suspenden durante un máximo de 24 horas para una pausa de oración, una libre discusión entre los electores y una breve exhortación espiritual.
Luego, se reanuda la votación y, si después de siete intentos no hay definición, se hace otra pausa para la oración, la conversación y la exhortación.
A continuación, se realiza otra serie de siete votaciones y, si no se ha producido la elección, se hace una nueva pausa con los mismos fines, la cual queda a cargo del cardenal mayor de la orden de los obispos. Después se reanuda la votación, con un máximo de siete papeletas.
Si no se define, se reserva un día para la oración, la reflexión y el diálogo, y en la siguiente votación se debe elegir entre los dos nombres que hayan recibido más votos.
¿Cómo se origina el humo negro?
Hasta el 2005 el Vaticano preparaba las boletas con materiales naturales, como brea alquitranada para el humo negro. En 2013 la Santa Sede comunicó el cambio de este método orgánico por la utilización de un químico. Desde ese entonces, se usó una mezcla de perclorato potásico, antraceno y azufre para emanar un color oscuro.